domingo, 17 de febrero de 2013

Primera cena de San Valentín

Aunque nadie se lo crea...o sí... Es la primera vez, que en mis veintiún primaveras que celebro un San Valentín. Pues así es, y a juzgar por los resultados... repetiremos.
Siempre he dicho y redicho que cuando se quiere a alguien no se tiene que demostrar una vez al año,sino a diario. Pero la experiencia también me ha demostrado que el paso inexorable del tiempo, afecta a las relaciones, y es cosa de dos mantener viva la llama, la magia... llámese como se quiera. San Valentín, no es más que un día más para celebrar con tu pareja que os queréis, tal vez de un modo más sonoro; hacer una cena romántica o salir fuera. Todo vale, si le arrancas una sonrisa a tu costillita. Nosotros, optamos por dos cosas, el día catorce hicimos cena el casa y ayer fuimos a un hindú, a que mi pinche probara tan extraordinaria gastronomía.
No hemos hecho nada extraordinario, pero si hacemos que esos momentos sean únicos, especiales... muy nuestros...
Así que, querida costillita mía, gracias por haber dado un giro de 180º a mi vida. Esperemos que este sea el primero de muchos San Valentines, juntos.


Dado a que 14 de febrero cayó jueves este año, había que jugar con varias variables, al menos en mi caso, las más preocupantes: LA FALTA DE TIEMPO Y EL CANSANCIO...
Dispuse de un menú fácil y rápido, para que en media hora, estuviese todo listo. Este fue el menú:
1. salmón con canónigos
2. Hummus (aunque sea pecado, lo compré, y debo reconocer que estaba muy bueno)
3. Pericana (entrante típico de la zona de Alicante y que se considera delicatessen, y que no pude resistir comprarlo)
4. Solomillo de cerdo con queso de cabra, cebolla caramelizada y pimientos del piquillo
5. Champiñones rehogados con aceite picante
6. Falso tiramisú de fresas



Organización:
1. De lo que primero me encargué fue del falso tiramisú, ya que los bizcochitos que lo componían tenían que coger el sabor. Una vez hechos los dejé en la nevera.
2. Saqué el salmón de la nevera y lo dispuse sobre una cama de canónigos con un chorrito de aceite de oliva, un mix de pimientas molidas y limón. El salmón debe sacarse de la nevera unos diez minutos antes para que pierda el frío y se pueda saborear mejor.
3. Saqué el hummus y lo dispuse en las mismas condiciones.
4. Preparé la carne y la introduje en el horno
5. Aprovechando la plancha caliente, hice los champiñones.




Mientras comimos los entrantes, la carne se terminaba de hacer en el horno, evitando así, que el solomillo se enfriase... Lo que sí estaba fresquito y rico, era el postre





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